Amalia Gavina
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Todos podemos aprender un idioma extranjero si creemos que podemos
Casi todos o la mayoría de mis estudiantes adultos que han experimentado algún nivel de dificultad en sus procesos de aprendizaje han tenido algo en común: creencias limitantes acerca de sus propias habilidades como aprendices de idiomas.
Suelo darme cuenta de esto a través de su comportamiento y sus muestras explícitas de frustración y pesimismo. Cuando esto sucede, generalmente, intento alentarlos y hacerles ver la importancia de sus creencias acerca de su éxito en el aprendizaje y de sus capacidades. Sin embargo, no todos los alumnos pueden comprender cómo esto puede influir en su proceso de aprendizaje.
La clave es que vemos el mundo a través de nuestros lentes particulares y así es como filtramos la realidad. Cada uno de nosotros tiene un mapa del territorio y necesitamos ser conscientes de eso. Necesitamos examinar qué tipo de mapa tenemos y si nos ayudará a llegar a donde queremos llegar. Si lo que queremos es dominar un idioma extranjero entonces necesitaremos ajustar nuestro mapa para poder ser capaces de lograr justo eso.
Entonces, ¿qué tipo de mapa necesitamos para ser capaces de aprender una lengua extranjera de manera exitosa? Lo más probable es que sea un mapa donde el aprendizaje de lenguas se vea como una meta alcanzable y relativamente placentera, donde los desafíos se afronten y donde correr riesgos así como la incertidumbre y lo desconocido sean bienvenidos. Un mapa donde los errores se vean como elementos necesarios en el aprendizaje de lenguas y se enfrenten de manera positiva. Finalmente, un mapa que vea la autonomía del alumno como algo esencial.